viernes, 12 de diciembre de 2014

Catedral de Braga (PORTUGAl)


HISTORIA.
La arquitectura románica de la catedral de Braga tiene una fuerte inspiración francesa sobre todo procedente de la zona del Languedoc y Auvernia, destacan las dos torres en la fachada principal, aunque durante el paso de los siglos haya sufrido muchas modificaciones: en el siglo XII se construyó el templo con cruz latina bajo el primer arzobispo de la sede, San Geraldo (1096-1102). El pórtico de finales del siglo XV, cerrado en el siglo XVIII por la bellísima reja de forja que el arzobispo D. Diogo de Sousa (1505-1532) mandara hacer para proteger la capilla mayor; y, también en la fachada, la gran piedra de armas del arzobispo D. Rodrigo de Moura Teles (1704-1728), el edículo y el coronamiento de las torres, colocados en las primeras décadas del siglo XVIII.



El interior, con tres naves cubiertas con madera separadas con arcos de diafragma que sostienen las cubiertas de las naves, transepto y cabecera con cinco capillas, el crucero se manifiesta al exterior y decorado con ricos capitales decorados, el con junto es profundamente austero siguiendo los esquemas de la orden de Cluny, dos de sus principales promotores San Geraldo y Don Mauricio Brudino pertenecían a esta Orden religiosa. Esta decorada con temas vegetales y los animales enfrentados que se esculpen en los ángulos de los capiteles y en las arquivoltas. En el período barroco se abrieron grandes ventanas, se transformaron los altares, todas las paredes se cubrieron con estuco y pinturas; la Catedral se convirtió en una celebración, un llamado a los sentidos. Y se mantuvo así hasta mediados del siglo XX, cuando las obras realizadas en las entre 1930 y 1950 por la Dirección General de Edificios y Monumentos Nacionales restituyeron el supuesto prospecto medieval del templo, según los criterios de restauración entonces de moda. Excepto la capilla mayor, todas las capillas de la cabecera mantuvieron las alteraciones de arquitectura y retablos que habían recibido en el siglo XVIII.






En el subsuelo de la capilla mayor todavía se conservan vestigios arqueológicos del primitivo templo paleocristiano y del Medievo. En 1509, D. Diogo de Sousa patrocinó la construcción de una nueva cabecera, trazada por el arquitecto João de Castilho, que en ella dejó un original testimonio de la arquitectura del gótico nacional tardío, bien visible en su bellísima bóveda de combados. Al arzobispo se le debe, igualmente, un retablo perdido de piedra y el frontal del altar, habiendo sabido conservar la magnífica imagen francesa de Santa María de Braga, del siglo xiv.


El diseño de las capillas del transepto fue influenciado por el de la sacristía, habiendo sido todas ellas alteradas a principios del siglo XVIII por el maestro cantero Manuel Fernandes da Silva. Destacamos el revestimiento de azulejos de la Capilla de San Pedro de Rates, pintado en 1715 por António de Oliveira Bernardes, con representaciones de escenas de la vida del santo, y la finísima talla neoclásica de la Capilla del Santísimo Sacramento, así como su magnífico frontal, tallado en 1718 por el maestro Miguel Coelho e inspirado en un cuadro de Rubens, el Triunfo de la Iglesia.


La sacristía, trazada por el arquitecto real João Antunes en 1698, fue ejecutada por los pedreros Pascoal Fernandes y su hijo Manuel Fernandes da Silva. Su arquitectura fue intensamente novedosa para la Braga de aquel tiempo, pero la ciudad no supo continuar en esa senda, volviendo fácilmente a los viejos valores maneiristas.


En el coro alto, la sillería y los órganos, de talla dorada, son obras excepcionales de concepción y ejecución. La sillería (1737) se le debe al tallador y arquitecto de Oporto Miguel Francisco da Silva. Las cajas de los órganos (1737-1739) fueron talladas y esculpidas por Marceliano de Araújo en una increíble profusión de los más característicos elementos de la talla de estilo juanino, abundando las figuras esculpidas, sátiros y delfines. La parte mecánica se le debe al maestro organista gallego Fray Simão Fontanes. Todo el conjunto se encuentra dominado por los Esponsales de la Virgen, composición de frescos pintada durante la misma campaña de obras por Manuel Furtado de Mendonça.


En el subsuelo de la capilla mayor todavía se conservan vestigios arqueológicos del primitivo templo paleocristiano y del Medievo. En 1509, D. Diogo de Sousa patrocinó la construcción de una nueva cabecera, trazada por el arquitecto João de Castilho, que en ella dejó un original testimonio de la arquitectura del gótico nacional tardío, bien visible en su bellísima bóveda de combados. Al arzobispo se le debe, igualmente, un retablo perdido de piedra y el frontal del altar, habiendo sabido conservar la magnífica imagen francesa de Santa María de Braga, del siglo xiv.


El diseño de las capillas del transepto fue influenciado por el de la sacristía, habiendo sido todas ellas alteradas a principios del siglo XVIII por el maestro cantero Manuel Fernandes da Silva. Destacamos el revestimiento de azulejos de la Capilla de San Pedro de Rates, pintado en 1715 por António de Oliveira Bernardes, con representaciones de escenas de la vida del santo, y la finísima talla neoclásica de la Capilla del Santísimo Sacramento, así como su magnífico frontal, tallado en 1718 por el maestro Miguel Coelho e inspirado en un cuadro de Rubens, el Triunfo de la Iglesia.


La sacristía, trazada por el arquitecto real João Antunes en 1698, fue ejecutada por los pedreros Pascoal Fernandes y su hijo Manuel Fernandes da Silva. Su arquitectura fue intensamente novedosa para la Braga de aquel tiempo, pero la ciudad no supo continuar en esa senda, volviendo fácilmente a los viejos valores maneiristas.


En el coro alto, la sillería y los órganos, de talla dorada, son obras excepcionales de concepción y ejecución. La sillería (1737) se le debe al tallador y arquitecto de Oporto Miguel Francisco da Silva. Las cajas de los órganos (1737-1739) fueron talladas y esculpidas por Marceliano de Araújo en una increíble profusión de los más característicos elementos de la talla de estilo juanino, abundando las figuras esculpidas, sátiros y delfines. La parte mecánica se le debe al maestro organista gallego Fray Simão Fontanes. Todo el conjunto se encuentra dominado por los Esponsales de la Virgen, composición de frescos pintada durante la misma campaña de obras por Manuel Furtado de Mendonça.

En el subsuelo de la capilla mayor todavía se conservan vestigios arqueológicos del primitivo templo paleocristiano y del Medievo. En 1509, D. Diogo de Sousa patrocinó la construcción de una nueva cabecera, trazada por el arquitecto João de Castilho, que en ella dejó un original testimonio de la arquitectura del gótico nacional tardío, bien visible en su bellísima bóveda de combados. Al arzobispo se le debe, igualmente, un retablo perdido de piedra y el frontal del altar, habiendo sabido conservar la magnífica imagen francesa de Santa María de Braga, del siglo xiv.


El diseño de las capillas del transepto fue influenciado por el de la sacristía, habiendo sido todas ellas alteradas a principios del siglo XVIII por el maestro cantero Manuel Fernandes da Silva. Destacamos el revestimiento de azulejos de la Capilla de San Pedro de Rates, pintado en 1715 por António de Oliveira Bernardes, con representaciones de escenas de la vida del santo, y la finísima talla neoclásica de la Capilla del Santísimo Sacramento, así como su magnífico frontal, tallado en 1718 por el maestro Miguel Coelho e inspirado en un cuadro de Rubens, el Triunfo de la Iglesia.


La sacristía, trazada por el arquitecto real João Antunes en 1698, fue ejecutada por los pedreros Pascoal Fernandes y su hijo Manuel Fernandes da Silva. Su arquitectura fue intensamente novedosa para la Braga de aquel tiempo, pero la ciudad no supo continuar en esa senda, volviendo fácilmente a los viejos valores maneiristas.


En el coro alto, la sillería y los órganos, de talla dorada, son obras excepcionales de concepción y ejecución. La sillería (1737) se le debe al tallador y arquitecto de Oporto Miguel Francisco da Silva. Las cajas de los órganos (1737-1739) fueron talladas y esculpidas por Marceliano de Araújo en una increíble profusión de los más característicos elementos de la talla de estilo juanino, abundando las figuras esculpidas, sátiros y delfines. La parte mecánica se le debe al maestro organista gallego Fray Simão Fontanes. Todo el conjunto se encuentra dominado por los Esponsales de la Virgen, composición de frescos pintada durante la misma campaña de obras por Manuel Furtado de Mendonça.

Los órganos.



La sillería del altar Mayor.


El claustro data de principios del siglo XIX; reemplaza a otro, gótico, que estaba quedando en ruinas a finales del siglo XVIII. Establece una relación con el Tesoro de la Catedral y con las Capillas de D. Lourenço Vicente, nombre del arzobispo que la reconstruyó – también conocida por Capilla de los Reyes – y de Nuestra Señora de la Piedad. En la primera, de estilo gótico, además del túmulo del arzobispo, se guardan los túmulos de los condes D. Henrique y D. Teresa.

EL CLAUSTRO.



En la Capilla de Nuestra Señora de la Piedad, fundada por D. Diogo de Sousa en 1513, se guarda el túmulo del prelado, obra de un artista anónimo de Coimbra, que tal vez sea el mismo que labró los túmulos de los padres de D. Afonso Henriques, dispuestos en la capilla anterior. La imagen original de la Señora de la Leche, obra de otro artista natural de Coimbra, el desconocido Maestro de los Túmulos Reales, se encuentra ahora aquí recogida. Y también merecen atención algunos de los retablos, como el de Nuestra Señora de la Buena Memoria, de estilo rococó.



Capilla de Nuestra Señora de la Piedad.

Junto a la puerta lateral que da a la Calle del Souto se localiza el Claustro de San Amaro, donde subsiste un ábside, tal vez perteneciente al proyecto original de la Catedral, cuya bóveda está cubierta por una pintura de finales del siglo XV.

Existen otras dos capillas, de implantación autónoma, que también forman parte del conjunto monumental. La Capilla de San Geraldo de la cual apenas permanece la estructura de las paredes, fue mandada construir por el arzobispo Geraldo de Moissac, en honor de San Nicolás fue inicialmente construida en el siglo XII. Sufrió las más variadas alteraciones, sobre todo en el período barroco, habiendo sido su fachada totalmente rehecha durante la gran campaña de restauración de los años 40. El espacio interior, renovado por el arzobispo D. Rodrigo de Moura Teles, que aquí colocó su túmulo, tiene las paredes recubiertas de azulejos, atribuibles a António de Oliveira Bernardes


Capilla de San Geraldo.

En 1418-1467 el arzobispo Fernando da Guerra, después de ser considerado santo Geraldo de Moissac, dedicó la capilla a este arzobispo de Braga, y el santo sepultado en el retablo principal.
La capilla está decorada en talla barroca. Los azulejos se atribuyen al pintor Antonio de Oliveira Bernardes (1662-1731).
En el suelo está la sepultura de Rodrigo de Moura Teles, arzobispo de Braga.
La Capilla de la Gloria es obra del arzobispo D. Gonçalo Pereira (1236-1248). Las paredes laterales ostentan una decoración geométrica organizada en enormes cuadrados, sin duda uno de los más antiguos testimonios de pintura al fresco subsistentes entre nosotros. El túmulo del arzobispo, que se encuentra colocado aquí, fue contratado por Maestro Pero y por Telo Garcia, en 1334.

Capilla de la Gloria.
 
La Capilla de los Reyes situada entre el nuevo claustro y el claustro de Santo Amaro, es de estilo gótico, mandada construir en agradecimiento por la victoria en la Batalla de Aljubarrota, en la cual José I de Portugal, prometió la construcción del Monasterio de Santa Maria da Vitória da Batalla. Esta capilla fue mandada hacer por el arzobispo de Braga Lorenzo Vicente, que estuvo en la Batalla de Aljubarrota y prometió construir una capilla en Braga, honrando a la Virgen.


En la capilla de los reyes están las tumbas de los padres de Alfonso I de Portugal, Conde Henrique, y Teresa, además de la tumba de Lorenzo Vicente.



Al lado de la Catedral, con acceso a partir del claustro, se encuentra el Tesoro de la Catedral, creado el 25 de marzo de 1930 y que recoge múltiples piezas reunidas a lo largo del tiempo.




La sagrada familia.

Las esculturas románicas de la catedral también tiene una gran influencia francesa: La portada esta decorada con escenas de la Chanson de Roland (canción de gesta francesa).
Dentro de la escultura gótica destaca en la capilla de la Gloria el sepulcro de don Gonzalo Pereira, construida en 1332, en sus pies se levantan seis leones y

en cada uno de sus lados mayores se abran doce arcos apuntados, con un sentido arquitectónica, en donde se representan los doce apóstoles en una cara y en la otra el mismo número de diáconos.
En la cabecera del túmulo se representa el Cristo de la Cruz, la Virgen, San Juan el león y el toro, símbolo de los evangelistas Marcos y Lucas. En los pies se representa la Virgen con el niño. En la parte superior está la imagen yaciente del arzobispo. Se encuentre descansando sobre una almohada que es flanqueada por ángeles, el arca fue construida por Tello García.


LOCALIZACIÓN DE LA CATEDRAL.



Realizado por:Eva ,IVAN , lUCÍA  Y fRAN

Catedral de Évora (Lisboa)




LA CATERAL DE EVORA.




HISTORIA.

La catedral de Évora (cuyo nombre original en portugués es Basílica Sé Catedral de Nossa Senhora da Assunção) está emplazada en el centro histórico de Évora y constituye unos de los monumentos más importantes de la ciudad.


La ciudad de Évora fue conquistada por los ejércitos cristianos en el año 1166, la construcción de la primitiva catedral se inició, poco después, en 1186, dedicada a la Virgen María, siendo consagrada en 1204. Se trata de un edificio marcado por la transición entre el estilo románico y el gótico. El templo ha sido objeto de distintas reformas y ampliaciones desde su primitiva construcción. Entre 1317 y 1340 se le incorporó el claustro de puro estilo gótico, en los siglos XV y XVI se añadieron el coro alto, el púlpito, el baptisterio y la capilla de Nuestra Señora de la Piedad, también conocida como Esporão, de estilo manuelino, por último en la primera mitad del siglo XVIII, se construyó en estilo barroco la capilla mayor.



La figura histórica más importante asociada con la catedral, fue la del cardenal y rey Enrique I de Portugal, apodado el piadoso, que fue arzobispo y cardenal de Évora. El cardenal Enrique, era hermano del rey Juan III de Portugal y sucedió en la corona de Portugal a su sobrino nieto Sebastián I de Portugal, tras la muerte de éste en la Batalla de Alcazarquivir. Con el fallecimiento del cardenal en 1580, se inició una crisis sucesoria, en la corona portuguesa, que acabó con el nombramiento de Felipe II de España como rey de Portugal.

La fachada principal de la catedral, cubierta con granito rosa, muestra influencias de la catedral de Lisboa, así como de alguna otra catedral española como la de Salamanca y Zamora.1 Destaca la portada de forma porticada, con arco ojival y seis arquivoltas, las columnas están rematadas con una serie de esculturas en marmol, que representan a los apóstoles y que fueron ejecutadas alrededor de 1330, siendo atribuidas a los maestros Pero y Telo de Garcia.2 Flanqueando la portada se levantan dos torres asimétricas, ambas iniciadas en el periodo medieval y completadas durante el siglo XVI. Sobre el nártex, se abre una gran ventanal con tracería gótica que ilumina el interior del templo. Como otras iglesias portuguesas de la época, los muros exteriores se encuentran almenados y decorados con arcadas con ménsulas. También destaca sobremanera el cimborrio que se levanta en el crucero del templo, con una fila de ventanas que inundan el transepto y rematado por una aguja o chapitel.

 
IMÁGENES DE LA FACHADA:


Esculturas de mármol.

EL INTERIOR.

La catedral de Évora, construida en su fase inicial entre 1280 y 1340, fue ejecutada siguiendo el modelo de la planta de la catedral de Lisboa, que había sido construida en la segunda mitad del siglo XII en estilo románico. Los constructores de la catedral de Évora, como sucede en la de Lisboa, diseñaron un templo de cruz latina, con tres naves siendo la central de una mayor altura que las dos laterales.




Realizado por:Eva ,IVAN , lUCÍA  Y fRAN