HISTORIA.
La
arquitectura románica de la catedral de Braga tiene una fuerte
inspiración francesa sobre todo procedente de la zona del Languedoc
y Auvernia, destacan las dos torres en la fachada principal, aunque
durante el paso de los siglos haya sufrido muchas modificaciones: en
el siglo XII se construyó el templo con cruz latina bajo el primer
arzobispo de la sede, San Geraldo (1096-1102). El pórtico de finales
del siglo XV, cerrado en el siglo XVIII por la bellísima reja de
forja que el arzobispo D. Diogo de Sousa (1505-1532) mandara hacer
para proteger la capilla mayor; y, también en la fachada, la gran
piedra de armas del arzobispo D. Rodrigo de Moura Teles (1704-1728),
el edículo y el coronamiento de las torres, colocados en las
primeras décadas del siglo XVIII.
El
interior, con tres naves cubiertas con madera separadas con arcos de
diafragma que sostienen las cubiertas de las naves, transepto y
cabecera con cinco capillas, el crucero se manifiesta al exterior y
decorado con ricos capitales decorados, el con junto es profundamente
austero siguiendo los esquemas de la orden de Cluny, dos de sus
principales promotores San Geraldo y Don Mauricio Brudino pertenecían
a esta Orden religiosa. Esta decorada con temas vegetales y los
animales enfrentados que se esculpen en los ángulos de los capiteles
y en las arquivoltas. En el período barroco se abrieron grandes
ventanas, se transformaron los altares, todas las paredes se
cubrieron con estuco y pinturas; la Catedral se convirtió en una
celebración, un llamado a los sentidos. Y se mantuvo así hasta
mediados del siglo XX, cuando las obras realizadas en las entre 1930
y 1950 por la Dirección General de Edificios y Monumentos Nacionales
restituyeron el supuesto prospecto medieval del templo, según los
criterios de restauración entonces de moda. Excepto la capilla
mayor, todas las capillas de la cabecera mantuvieron las alteraciones
de arquitectura y retablos que habían recibido en el siglo XVIII.
En
el subsuelo de la capilla mayor todavía se conservan vestigios
arqueológicos del primitivo templo paleocristiano y del Medievo. En
1509, D. Diogo de Sousa patrocinó la construcción de una nueva
cabecera, trazada por el arquitecto João de Castilho, que en ella
dejó un original testimonio de la arquitectura del gótico nacional
tardío, bien visible en su bellísima bóveda de combados. Al
arzobispo se le debe, igualmente, un retablo perdido de piedra y el
frontal del altar, habiendo sabido conservar la magnífica imagen
francesa de Santa María de Braga, del siglo xiv.
El
diseño de las capillas del transepto fue influenciado por el de la
sacristía, habiendo sido todas ellas alteradas a principios del
siglo XVIII por el maestro cantero Manuel Fernandes da Silva.
Destacamos el revestimiento de azulejos de la Capilla de San Pedro de
Rates, pintado en 1715 por António de Oliveira Bernardes, con
representaciones de escenas de la vida del santo, y la finísima
talla neoclásica de la Capilla del Santísimo Sacramento, así como
su magnífico frontal, tallado en 1718 por el maestro Miguel Coelho e
inspirado en un cuadro de Rubens, el Triunfo de la Iglesia.
La
sacristía, trazada por el arquitecto real João Antunes en 1698, fue
ejecutada por los pedreros Pascoal Fernandes y su hijo Manuel
Fernandes da Silva. Su arquitectura fue intensamente novedosa para la
Braga de aquel tiempo, pero la ciudad no supo continuar en esa senda,
volviendo fácilmente a los viejos valores maneiristas.
En
el coro alto, la sillería y los órganos, de talla dorada, son obras
excepcionales de concepción y ejecución. La sillería (1737) se le
debe al tallador y arquitecto de Oporto Miguel Francisco da Silva.
Las cajas de los órganos (1737-1739) fueron talladas y esculpidas
por Marceliano de Araújo en una increíble profusión de los más
característicos elementos de la talla de estilo juanino, abundando
las figuras esculpidas, sátiros y delfines. La parte mecánica se le
debe al maestro organista gallego Fray Simão Fontanes. Todo el
conjunto se encuentra dominado por los Esponsales de la Virgen,
composición de frescos pintada durante la misma campaña de obras
por Manuel Furtado de Mendonça.
En
el subsuelo de la capilla mayor todavía se conservan vestigios
arqueológicos del primitivo templo paleocristiano y del Medievo. En
1509, D. Diogo de Sousa patrocinó la construcción de una nueva
cabecera, trazada por el arquitecto João de Castilho, que en ella
dejó un original testimonio de la arquitectura del gótico nacional
tardío, bien visible en su bellísima bóveda de combados. Al
arzobispo se le debe, igualmente, un retablo perdido de piedra y el
frontal del altar, habiendo sabido conservar la magnífica imagen
francesa de Santa María de Braga, del siglo xiv.
El
diseño de las capillas del transepto fue influenciado por el de la
sacristía, habiendo sido todas ellas alteradas a principios del
siglo XVIII por el maestro cantero Manuel Fernandes da Silva.
Destacamos el revestimiento de azulejos de la Capilla de San Pedro de
Rates, pintado en 1715 por António de Oliveira Bernardes, con
representaciones de escenas de la vida del santo, y la finísima
talla neoclásica de la Capilla del Santísimo Sacramento, así como
su magnífico frontal, tallado en 1718 por el maestro Miguel Coelho e
inspirado en un cuadro de Rubens, el Triunfo de la Iglesia.
La
sacristía, trazada por el arquitecto real João Antunes en 1698, fue
ejecutada por los pedreros Pascoal Fernandes y su hijo Manuel
Fernandes da Silva. Su arquitectura fue intensamente novedosa para la
Braga de aquel tiempo, pero la ciudad no supo continuar en esa senda,
volviendo fácilmente a los viejos valores maneiristas.
En
el coro alto, la sillería y los órganos, de talla dorada, son obras
excepcionales de concepción y ejecución. La sillería (1737) se le
debe al tallador y arquitecto de Oporto Miguel Francisco da Silva.
Las cajas de los órganos (1737-1739) fueron talladas y esculpidas
por Marceliano de Araújo en una increíble profusión de los más
característicos elementos de la talla de estilo juanino, abundando
las figuras esculpidas, sátiros y delfines. La parte mecánica se le
debe al maestro organista gallego Fray Simão Fontanes. Todo el
conjunto se encuentra dominado por los Esponsales de la Virgen,
composición de frescos pintada durante la misma campaña de obras
por Manuel Furtado de Mendonça.
En
el subsuelo de la capilla mayor todavía se conservan vestigios
arqueológicos del primitivo templo paleocristiano y del Medievo. En
1509, D. Diogo de Sousa patrocinó la construcción de una nueva
cabecera, trazada por el arquitecto João de Castilho, que en ella
dejó un original testimonio de la arquitectura del gótico nacional
tardío, bien visible en su bellísima bóveda de combados. Al
arzobispo se le debe, igualmente, un retablo perdido de piedra y el
frontal del altar, habiendo sabido conservar la magnífica imagen
francesa de Santa María de Braga, del siglo xiv.
El
diseño de las capillas del transepto fue influenciado por el de la
sacristía, habiendo sido todas ellas alteradas a principios del
siglo XVIII por el maestro cantero Manuel Fernandes da Silva.
Destacamos el revestimiento de azulejos de la Capilla de San Pedro de
Rates, pintado en 1715 por António de Oliveira Bernardes, con
representaciones de escenas de la vida del santo, y la finísima
talla neoclásica de la Capilla del Santísimo Sacramento, así como
su magnífico frontal, tallado en 1718 por el maestro Miguel Coelho e
inspirado en un cuadro de Rubens, el Triunfo de la Iglesia.
La
sacristía, trazada por el arquitecto real João Antunes en 1698, fue
ejecutada por los pedreros Pascoal Fernandes y su hijo Manuel
Fernandes da Silva. Su arquitectura fue intensamente novedosa para la
Braga de aquel tiempo, pero la ciudad no supo continuar en esa senda,
volviendo fácilmente a los viejos valores maneiristas.
En
el coro alto, la sillería y los órganos, de talla dorada, son obras
excepcionales de concepción y ejecución. La sillería (1737) se le
debe al tallador y arquitecto de Oporto Miguel Francisco da Silva.
Las cajas de los órganos (1737-1739) fueron talladas y esculpidas
por Marceliano de Araújo en una increíble profusión de los más
característicos elementos de la talla de estilo juanino, abundando
las figuras esculpidas, sátiros y delfines. La parte mecánica se le
debe al maestro organista gallego Fray Simão Fontanes. Todo el
conjunto se encuentra dominado por los Esponsales de la Virgen,
composición de frescos pintada durante la misma campaña de obras
por Manuel Furtado de Mendonça.
Los
órganos.
La
sillería del altar Mayor.
El
claustro data de principios del siglo XIX; reemplaza a otro, gótico,
que estaba quedando en ruinas a finales del siglo XVIII. Establece
una relación con el Tesoro de la Catedral y con las Capillas de D.
Lourenço Vicente, nombre del arzobispo que la reconstruyó –
también conocida por Capilla de los Reyes – y de Nuestra Señora
de la Piedad. En la primera, de estilo gótico, además del túmulo
del arzobispo, se guardan los túmulos de los condes D. Henrique y D.
Teresa.
EL
CLAUSTRO.
En
la Capilla de Nuestra Señora de la Piedad, fundada por D. Diogo de
Sousa en 1513, se guarda el túmulo del prelado, obra de un artista
anónimo de Coimbra, que tal vez sea el mismo que labró los túmulos
de los padres de D. Afonso Henriques, dispuestos en la capilla
anterior. La imagen original de la Señora de la Leche, obra de otro
artista natural de Coimbra, el desconocido Maestro de los Túmulos
Reales, se encuentra ahora aquí recogida. Y también merecen
atención algunos de los retablos, como el de Nuestra Señora de la
Buena Memoria, de estilo rococó.
Capilla
de Nuestra Señora de la Piedad.
Junto
a la puerta lateral que da a la Calle del Souto se localiza el
Claustro de San Amaro, donde subsiste un ábside, tal vez
perteneciente al proyecto original de la Catedral, cuya bóveda está
cubierta por una pintura de finales del siglo XV.
Existen
otras dos capillas, de implantación autónoma, que también forman
parte del conjunto monumental. La Capilla de San Geraldo de la cual
apenas permanece la estructura de las paredes, fue mandada construir
por el arzobispo Geraldo de Moissac, en honor de San Nicolás fue
inicialmente construida en el siglo XII. Sufrió las más variadas
alteraciones, sobre todo en el período barroco, habiendo sido su
fachada totalmente rehecha durante la gran campaña de restauración
de los años 40. El espacio interior, renovado por el arzobispo D.
Rodrigo de Moura Teles, que aquí colocó su túmulo, tiene las
paredes recubiertas de azulejos, atribuibles a António de Oliveira
Bernardes
Capilla
de San Geraldo.
En
1418-1467 el arzobispo Fernando da Guerra, después de ser
considerado santo Geraldo de Moissac, dedicó la capilla a este
arzobispo de Braga, y el santo sepultado en el retablo principal.
La
capilla está decorada en talla barroca. Los azulejos se atribuyen al
pintor Antonio de Oliveira Bernardes (1662-1731).
En
el suelo está la sepultura de Rodrigo de Moura Teles, arzobispo de
Braga.
La
Capilla de la Gloria es obra del arzobispo D. Gonçalo Pereira
(1236-1248). Las paredes laterales ostentan una decoración
geométrica organizada en enormes cuadrados, sin duda uno de los más
antiguos testimonios de pintura al fresco subsistentes entre
nosotros. El túmulo del arzobispo, que se encuentra colocado aquí,
fue contratado por Maestro Pero y por Telo Garcia, en 1334.
Capilla
de la Gloria.
La
Capilla de los Reyes situada entre el nuevo claustro y el claustro de
Santo Amaro, es de estilo gótico, mandada construir en
agradecimiento por la victoria en la Batalla de Aljubarrota, en la
cual José I de Portugal, prometió la construcción del Monasterio
de Santa Maria da Vitória da Batalla. Esta capilla fue mandada hacer
por el arzobispo de Braga Lorenzo Vicente, que estuvo en la Batalla
de Aljubarrota y prometió construir una capilla en Braga, honrando a
la Virgen.
En
la capilla de los reyes están las tumbas de los padres de Alfonso I
de Portugal, Conde Henrique, y Teresa, además de la tumba de Lorenzo
Vicente.
Al
lado de la Catedral, con acceso a partir del claustro, se encuentra
el Tesoro de la Catedral, creado el 25 de marzo de 1930 y que recoge
múltiples piezas reunidas a lo largo del tiempo.
La
sagrada familia.
Las
esculturas románicas de la catedral también tiene una gran
influencia francesa: La portada esta decorada con escenas de la
Chanson de Roland (canción de gesta francesa).
Dentro
de la escultura gótica destaca en la capilla de la Gloria el
sepulcro de don Gonzalo Pereira, construida en 1332, en sus pies se
levantan seis leones y
en
cada uno de sus lados mayores se abran doce arcos apuntados, con un
sentido arquitectónica, en donde se representan los doce apóstoles
en una cara y en la otra el mismo número de diáconos.
En
la cabecera del túmulo se representa el Cristo de la Cruz, la
Virgen, San Juan el león y el toro, símbolo de los evangelistas
Marcos y Lucas. En los pies se representa la Virgen con el niño. En
la parte superior está la imagen yaciente del arzobispo. Se
encuentre descansando sobre una almohada que es flanqueada por
ángeles, el arca fue construida por Tello García.
LOCALIZACIÓN
DE LA CATEDRAL.
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